Lo nuestro no empezó ayer. Ni la semana pasada.

Esto viene de hace cinco generaciones, cuando el hierro se forjaba con fuego y martillo, y el conocimiento pasaba de padres a hijos como un secreto de familia.

Gustavo aprendió de su padre, que aprendió del suyo, que aprendió del suyo… Todos con la misma obsesión: dar forma al hierro hasta que diga algo, hasta que cuente una historia.

Estamos en Argentina, en Italia, en España. Un poco por todas partes, pero siempre con las manos en el metal.

Nos gusta darle vueltas a los proyectos, mirarlos desde todos los ángulos hasta encontrar la mejor solución. Nos aburren las cosas obvias. Lo nuestro es lo diferente, lo que desafía, lo que requiere ingenio y precisión.

Diseñamos. Creamos. Innovamos.

Pero sin olvidar lo aprendido, la tradición, esas técnicas que nunca fallan y que hacen que cada pieza sea única.